El ascenso del torturador

En España no sólo se tortura, sino que, además, se asciende a los torturadores. El responsable político de este ascenso es don Joan Saura, el dandy "comunista" que dirige a la policía autonómica catalana. El hombre ni se inmuta.

Sin tetas no hay paraiso

 
En la era de la pornografía, hasta el ministro de Sanidad se ha interesado por el “escándalo”: una discoteca valenciana pretendía celebrar una fiesta en la que se iba a sortear una operación estética para ponerse pecho. Este es un bocado que nuestro gobernantes, tan progresistas ellos, no podían desaprovechar. Al final la discoteca ha suspendido el evento.

Tenemos un gobierno que se considera con derecho a meterse en los cuerpos femeninos y, por descontado, en tetas ajenas. Ya sacaron aquello tan gracioso de las mujeres cilindros, diábolos, trapecios, etc.

A mí todo esto de organizarles el escote a las mujeres me suena a dèja vu.

Me recuerda a cuando nuestras sufridas chicas empezaron con las minifaldas y las monjas les medían la tela por encima de las rodillas. Ahora algunas de aquellas chicas –con mando en plaza- parecen haberle tomado el relevo al clero.

Releo, por casualidad, aunque con algún asombro, este párrafo publicado en 1981, por Francisco Umbral en La bestia rosa. Hace 27 años:

“El semen en la boca de Rimbaud, mi semen, como la única y verdadera eucaristía posible entre el hombre y la mujer, entre la vida y la vida. Qué recogida y absorta comulgante, mi niña trémula, cuando la inundación caliente y breve pasa por su garganta de ave ronca de madrugada, y por el vaso cándido y trenzado de sus manos.”

Pero, claro, esto es literatura.Y ya se sabe que aquí se lee poco.

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