En el diario Público, dicen que de la izquierda zapaterista –si es que algo semejante existe- leo un recuadro que dice:
Público no admite anuncios de prostitución.
Vaya, qué curioso, me digo, tampoco los admiten en L´Oservattore Romano, el periódico del Vaticano. Cabría deducir que Público está en contra de la prostitución (lo que vuelve a equipararles con la Iglesia católica), pero hete aquí que me pongo a buscar los anuncios por palabras y, oh sorpresa, descubro que ¡no hay ninguno!
A eso se le llama hacer de la necesidad virtud.
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