martes, 8 de febrero de 2011

Batasuna o María Nekane, tanto da


Si algo le gusta al nacionalismo vasco es el enredo, la manipulación semántica y el “todos a una, Fuenteovejuna”. Ahora pretenden hacernos creer -de nuevo- que los viejos lobos se han vuelto corderos. O bien piensan que somos tontos o que nuestro síndrome de Estocolmo respecto al terrorismo nos tiene zumbados.

Respecto a la legalización de Batasuna/ETA la cosa es mucho más sencilla de lo que nos venden. Mientras exista la ETA, no hay Batasuna que valga, se llame Batasuna o María Nekane. Si quieren “hacer política” -que es una manera como otra cualquiera de beneficiarse del dinero público y de pillar poder y poltrona-, que entreguen las armas, que se disuelvan y que vayan cumpliendo sus condenas. Luego, ya hablaremos.

Pero ocurre que el Gobierno de la nación y sus socios nacionalistas son los primeros en considerar que ejercen su poder sobre una ciudadanía de descerebrados. Y puede que no les falta razón. Ocurre que este pastel que nos han puesto sobre la mesa –la legalización de la santa mafia etarra- está más pasado que un rosco de Reyes en agosto, pero, cuando hay hambre no hay pan duro. Y este pastel nos lo vamos a comer aunque sea reblandecido en aceite de ricino.

Batasuna/ETA estará presente en las próximas elecciones locales y forales vascas, bien bajo sus propias siglas o bien fagocitando las de otros. Por el momento EA tiene todos los boletos para que le toque el premio. Harán unas listas a su antojo y, a partir de ahí, comenzará el enjuague habitual y consuetudinario: el fiscal general recurrirá tres o cuatro de ellas y hará la vista gordo sobre el resto. Rubalcaba/Zapatero se saben este guión de memoria.

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