El sindicato nacionalista ELA, el secesionista LAB y otros parientes consanguíneos, han organizado una huelga general en el País Vasco, dicen que para protestar contra la crisis y el incremento masivo del desempleo. ¡A buenas horas mangas verdes! ¿Contra quien va esta convocatoria? No contra Ibarretxe, desde luego, que ya debe estar pensando en su nuevo cargo que le garantice que no pasará necesidad en estos tiempos tan duros.
Lo que no han sido capaces de hacer en los últimos doce años de Régimen nacionalista se lo van a hacer al nuevo (y advenedizo) presidente. En opinión de ELA, la política económica que ha practicado Ibarretxe no tiene responsabilidad alguna con la crisis, pues que la crisis, como es sabido, es algo que nos ha caído del cielo, principalmente del cielo de la parte de Madriz. Es natural.
Patxi lehendakari, de momento, se ha puesto a templar gaitas, a hacer llamamientos al diálogo y a la concordia. Ha decidido defenderse de esta agresión (aquello de los cien días de benevolencia no se estila aquí con los maketos) poniendo el culo por si los sindicatos nacionalistas tienen a bien servirse. Es posible que la estretegia aplaque las ansias pornopolíticas del sindicalismo aranista, pero está por demostrar que calme la frustración de los que están detrás de las siglas sindicales, a saber, los mandamases del PNV.
Y es que nada consuela de perder un Régimen. Han sido treinta años de sudores para construirlo; treinta años de triturar escrúpulos morales para dejarse ayudar por los chicos de las pistolas sin que se note demasiado; treinta años de cinismo, desverguenza y prepotencia. El cortijo no es muy grande pero daba buenos dividendos.
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