lunes, 12 de octubre de 2009

Gobierno vasco y Fuerzas Armadas

Foto El País

Por primera vez en las últimas décadas el Gobierno vasco ha enviado un representante al desfile militar conmemorativo de la Fiesta Nacional. Ese representante no ha sido el lehendakari, como sería lógico, sino el consejero de interior. Menos da una piedra. Patxi López, como dirían los cursis, todavía no está preparado para acudir a un acto de este calibre: Demasiado himno nacional. Demasiada bandera rojigualda. Demasiados uniformes de color verde. Demasiada cabra de la Legión. Demasiado españolismo, en dos palabras. Tampoco es descartable que le dan urticaria los uniformes, o que sea alérgico a las armas. Puede ocurrir incluso que, a semejanza de su superior y maestro, Rodríguez Zapatero, los temas militares, en su condición de postmoderno hombre de paz, le den yuyu. Vete a saber.

En esto –y en otras cosas, ay- el actual lehendakari no se diferencia demasiado de sus predecesores sabinianos. Sin embargo, mira tú por donde, los peneuvistas se han destapado estos días solicitando que los infantes de marina españoles se embarquen en los atuneros vascos para defenderlos de los piratas somalíes. A esto se le llama pragmatismo. Hay que reconocer que, en cuestiones de negocio, los nacionalistas no le hacen ascos a nada. En esto, cualquiera puede verlo, se diferencian del lehendakari López, que se ha manifestado en contra de la presencia de militares en los pesqueros. López, como su jefe Rodríguez, es de los que creee que la misión de los soldados consiste en la “ayuda humanitaria” y, en el peor de los casos, en dejarse matar “por la paz”.

Por si el consejero de interior fuera poco, el lehendakari ha mandado también a Madrid a la presidenta del Parlamento vasco, que es la mujer más fotogénica de España. No sé si los españoles sabrán agradecérselo. La tropa espero que sí.

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