El señor Urkullu, jefe del PNV, está de los nervios. El hombre ya no puede con la vida de seguir un minuto más en la oposición mientras el lugar que él cree suyo (la presidencia del Gobierno vasco) lo ocupa un maketo, aunque sea un maketo que más parece un nacionalista. El señor Urkullu ha dicho que el País Vasco está en quiebra porque se lo ha soplado el submarino que tienen infiltrado en el Gobierno vasco. Rápidamente ha salido el señor Basagoiti, jefe del PP, y el más firme sostén de López, para recomendarle que se tranquilice.
El problema del señor Urkullu es que tiene mucha imaginación y ésta le está haciendo una jugarreta. El problema del señor Urkullu es que no lo ve nada claro. Por un lado, como he señalado, le reconcome ver al maketo López en Ajuria-Enea, así que está pidiendo elecciones adelantadas. Por otro, algo le dice en el fondo de su cerebro que, a lo peor, no gana esas elecciones o, lo que es equivalente, el triunfo no le sirve para ser lendakari. En esta circunstancia tendría que pactar y en la elección del socio pactante se le va la cabeza de puro vértigo. Amén de que también otros podrían pactar. La verdad, no me extraña. En el caso de Urkullu tener que elegir entre Otegi/Garitano/Rufi y Basagoiti debe ser como para ponerse de valium hasta las cejas.
Pero algo tendrá que hacer porque como siga desvariando de esta forma nos va a matar de risa.
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