Hay que resignarse a
la evidencia. Siempre será mejor que el señor Camps se haga acompañar de la Macarena que de sus amiguitos corruptos. Pero seguimos con el detestable hábito de mezclar religión y política. El señor Arenas, el alcalde de Sevilla, el propio PP están en su derecho a hacer de su capa un sayo pero quiero creer que somos muchos los que estamos empezando a sospechar que las críticas que el PSOE le hacía al PP por su clericalismo no estaban exentas de razón. Lamentablemente.
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