martes, 11 de enero de 2011

La Palabra Revelada, una vez más


Así que la Palabra Revelada era esto, el anuncio de que van a seguir la lucha hasta la victoria final. Pues qué bien. ¿Y ahora qué toca? Pues ahora toca dejar que pase el consabido tiempo de interiorización y volver a empezar.

¿Algo que decir, Eguiguren? ¿Algún otro lacito para decorar la solapa, doña Rafaela Romero y resto de parlamentarios del PSE?

¿La ETA y Batasuna van a seguir siendo la misma cosa o el juego continuará con la separación de la madrastra y la hijuela?

¿Y el padrecito PNV qué hará? Pues qué va a hacer el pobre sino ponerse mohíno y seguir cumpliendo la penitencia sine die, a la vista de que ha olvidado un detalle pequeño pero de obligado cumplimiento: confesar los pecados.

¿Y nuestro gran improvisador, la sonrisa del Régimen, el optimista recalcitrante, el hombre tranquilo, el impávido asceta, el inconmensurable Zapatero?

Demasiadas preguntas para una política de prensa de periodistas mudos y figurantes. Pero yo no me preocupo. Ya se encargarán los mercados. Es lo típico de España: dejar que otros solucionen nuestros problemas. Pero, ¿y el precio? Bueno, ya se sabe que la vida hoy está muy cara. Y la libertad no digamos.

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